Crítica: Soberbia, magnífica, fascinante... (8'5/10)
Parece que las producciones históricas nunca pasan de moda, toda productora que se precie cuenta con una ficción basada en un hecho real. A pesar de que muchos críticos se empeñen en compararlas cada serie es única, y tiene sus rasgos propios. Es el caso de Downton Abbey, la ficción británica de Julian Fellowes ha recibido múltiples comparativas con Arriba o Abajo (1971-1975), Los Tudor, o la película Gosford Park. Sí, es verdad que se pueden considerar sus antecedentes, pero nunca hay que ir más lejos. Downton Abbey es mucho más que una serie enmarcada en un momento histórico, ya que no sólo critica a la sociedad sino al ser humano en sí, con sus defectos y sus pasiones.
Imagen promocional de la 2ª temporada de la serie Downton Abbey |
La ficción se estructura sobre tres pilares: por un lado, la historia de la familia (de clase alta) y sus preocupaciones. La serie comienza con el hundimiento del Titanic y la muerte del que iba a ser el heredero y marido de la hija mayor, Lady Mary (Michelle Dockery).
Pero las intrigas también vienen por parte de la hija mediana, y la pequeña (ésta demasiado atraída por la libertad de la mujer y la política). Por otro lado, la vida que llevan los trabajadores de la casa, los sirvientes están envueltos en una continua lucha de poder, todo ello rodeado de envidias. Y por último, la situación social y política en que se desarrolla la trama, principios del siglo XX, que traerá consigo la I Guerra Mundial, y con ella, el fin de la dominación de clases y el inicio de la lucha feminista, entre otras cosas.
Pero las intrigas también vienen por parte de la hija mediana, y la pequeña (ésta demasiado atraída por la libertad de la mujer y la política). Por otro lado, la vida que llevan los trabajadores de la casa, los sirvientes están envueltos en una continua lucha de poder, todo ello rodeado de envidias. Y por último, la situación social y política en que se desarrolla la trama, principios del siglo XX, que traerá consigo la I Guerra Mundial, y con ella, el fin de la dominación de clases y el inicio de la lucha feminista, entre otras cosas.
La serie se sucede pausada y relajada, con dosis de humor británico, aunque con un constante cambio, como ya se ha dicho, en lo político y lo social, aunque también en la tecnología (la electricidad y el teléfono) y la cultura. La familia aristócrata Grantham ven cómo el orden establecido durante siglos cambia ante sus ojos en un espacio de tiempo muy corto. Todo ello reluce gracias a un guión muy cuidado y una ambientación perfecta, tanto en las localizaciones (el castillo de Highclere es el hogar de la familia), como en el vestuario, e incluso, en las expresiones propias de la época, junto a unos personajes trabajados por grandes actores. Todo conformado en capítulos que cuentan con un millón de euros de presupuesto.
Downton Abbey se ha convertido en un referente no sólo por los aspectos superficiales que se han nombrado aquí, sino también por el análisis que realiza sobre la humanidad. Tratando temas que aún hoy son de interés para la sociedad, como el guardar las apariencias, la hipocresía, el feminismo y el machismo, la diferencia de clases, la desigualdad... en una sociedad dividida en dos, los que mandan y los que obedecen.
El próximo martes llega a España, mediante Antena 3, la 2ª temporada de una serie que ya ha firmado por una tercera y que promete seguir dejando con la boca abierta tanto a los críticos como a los seguidores.
Vídeo promocional de la 2ª temporada de la serie británica Downton Abbey,
que se estrena el próximo martes en Antena 3
Toda serie histórica se enfrenta siempre al gran reto de ser fiel a los hechos y reflejar el momento en que se basa vívidamente. Creo que en el caso de Downtown Abbey esta dificultad es mayor por centrarse en un periodo histórico de profundo cambio y convulsión, por lo que su precisión es, desde mi punto de vista, doblemente loable.
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