Las tramas históricas se ponen de moda.
Roma abrió la veda, la serie que se estrenó en Estados Unidos en 2005 está considerada una de las mejores junto con Los Tudors; es un drama histórico que trata la violenta transformación de la República durante el Imperio romano. Retrata las vidas de los hombres más significativos, ricos y poderosos de la época; pero la serie también se acerca a las vidas de dos hombres comunes, Lucio Voreno y Tito Pullo, dos legionarios que son mencionados por Julio César en los Commentarii de Bello Gallico. En el desarrollo de la historia los dos soldados asumirán papeles cruciales ya que los guionistas los sitúan como personajes muy cercanos a Julio César, Octavio y Marco Antonio.
Otra precursora de esta tendencia es la serie de Los Tudors, que está basada en la vida y reinado de Enrique VIII de Inglaterra. La trama comienza cuando el rey inglés, interpretado por Jonathan Rhys-Meyers, se prepara para una guerra a la que se opone el cardenal Thomas Wolsey, el rey descubre un embarazo inesperado de su amante Elizabeth Blount y se enfrenta al Duque de Buckingham, quien se considera legítimo heredero al trono. Éste es el arranque de una serie que cuenta con cuatro temporadas y que se ha convertido en un reclamo para el público, a pesar de que los hechos que se cuentan difieren de los que verdaderamente ocurrieron, debido a los cambios de nombres de personajes, relaciones, apariencia física y de que se han movido los años en que ocurrieron estos acontecimientos.
En España, la pionera fue Águila Roja de Televisión Española. La televisión pública apostó por una serie histórica que está ambientada en la España del siglo XVII. El argumento gira en torno a un héroe anónimo y justiciero con deseos de vengar la muerte de su esposa y averiguar la conspiración que se esconde tras ella. El joven héroe interpretado por David Janer tiene una vida normal bajo el nombre de Gonzalo de Montalvo. Águila Roja cuenta con muchos puntos a favor, ya que no ha copiado ningún formato americano, y destaca por la reproducción de vestuarios, mobiliario, armas y decorados, lo que la ha convertido en la serie española más cara de la historia con un presupuesto cercano al millón de euros.
En sus dos años de emisión cuenta ya con 3 temporadas y ha conseguido un gran índice de audiencia, siendo la serie española más vista, lo que ha provocado que ya se esté preparando su versión cinematográfica para 2011.
Después del éxito de Águila Roja para TVE, tanto Antena 3 como Telecinco se han querido sumar a la nueva moda, haciendo cada una sus series históricas.Antena 3 ha realizado la miniserie de La princesa de Éboli, basada en el siglo XVI y que cuenta las aventuras amorosas entre Ana de Mendoza y su amante Antonio Pérez. Pero con la que verdaderamente ha sorprendido es con la producción de Hispania. La leyenda, que se convierte así en la gran apuesta de la temporada. Está centrada en la resistencia hispana contra el Imperio romano, y cuenta como Viriato se convierte en el líder de los rebeldes. La serie que se sitúa en la Segunda Guerra Púnica ha tenido una buena acogida.
Por su parte, Telecinco ha estrenado En tierra de lobos, que no se sabe muy bien en qué época se encuadra y que narra la vida de los hermanos Bravo, César y Román, dos jóvenes huérfanos sin un rumbo fijo que, huyendo de la justicia, encontrarán su destino y sus raíces familiares. Pero tendrán que enfrentarse al terrateniente del pueblo, El Lobo, padre de tres hijas que enamorarán a los protagonistas. La serie es una mezcla de western, aventura y romance.
Otras cadenas españolas han contribuido también a esta moda, como por ejemplo Cuatro que emitió con gran éxito la miniserie de ‘Los pilares de la tierra’, del famoso best seller de Ken Follet, que se encuadra en la Edad Media en Inglaterra, la trama gira en torno de Kingsbridge y la construcción de su catedral gótica. La cadena anunció también la próxima emisión de la segunda parte de la novela ‘Un mundo sin fin’.
Otra histórica que está en boca de todos es Spartacus, blood and sand. Su protagonista es el gladiador tracio, quien lideró una de las revueltas de esclavos más famosa de todos los tiempos en el siglo I a. C. La serie recrea el período histórico al detalle representando las escenas de sexo y violencia de manera sumamente gráfica. Su estética es muy similar a la película 300. A pesar del éxito que ha conseguido la serie pasa por un mal momento, ya que su protagonista Andy Whitfield tiene cáncer y se le busca sustituto para la realización de la segunda temporada.
Seguro que podemos nombrar más de las que hay aquí, y dentro de unos meses serán el doble, porque la moda de las series históricas no va a terminar en breve. Ya se está preparando una serie sobre la dinastía de Los Borgia, que protagoniza Jeremy Irons y produce Neil Jordan. Además, Canal Plus está trabajando en Versailles, una serie sobre Luis XIV. Mientras tanto, los creadores de Roma (HBO) preparan una producción sobre el antiguo Egipto que abordará a los faraones. Y de los creadores de Spartacus llegará Camelot, que tratará sobre el rey Arturo.
La invasión está asegurada.
Como Roma no hay ninguna. Sin duda fue de las primeras que rozaron la perfección en este tipo de series históricas. Los Tudors, a pesar de ser muy diferente, también merece la pena. Y para opiniones está Spartacus. A mi, me gusta bastante.
ResponderEliminarDe las españolas mejor no hablar, porque así salimos ganando.
Es una pena que, ya que se gastan tales millonadas y horas de trabajo en hacer estas series, no se respeten los hechos históricos y se engañe a la audiencia. No olvidemos que, además de entretener, los medios deben educar.
ResponderEliminarGrandes historias, sin duda. Una buena producción histórica puede ser mejor que cualquier estudio teórico que se haga sobre el mismmo tema. Lo visual siempre ha entrado antes que cualquier estudio bibliográfico.
ResponderEliminarAlgunas con una buena producción, otras con grandes actores, y otras, simplemente, historias que han triunfado sin saber muy bien porqué, pues sus errores garrafales las han hecho ser auténticos antónimos de sus épocas cometiendo faltas que las culpan, con razón, de escaso rigor histórico.
Pero lo cierto es que esta eplosión de series históricas supone un aire nuevo para la teleisión de siempre. Veremos con el paso del tiempo cuáles son las que sobreviven.