Foto del genial director Jaime de Armiñán |
Es difícil hacer una
división que explique cómo fueron las series hasta los años 90 debido al
periodo de tiempo tan extenso que abarca. Mario García de Castro, autor del libro La ficción televisiva popular, una
evolución de las series de televisión en España, hace una clasificación de
las producciones seriadas por décadas, es decir, según el escritor “la década
de los años 60 podría ser calificada como la del nacimiento de las primeras
series con textos originales, y la de los 70 como la etapa de gestación y de
transición del ciclo dramático al cinematográfico. La década de los 80 fue la
del asentamiento, al aparecer la primera valoración por parte de TVE de la
producción propia, y a la vez la etapa en la que predominaron los aspectos
formales”.
TVE es la cadena mejor valorada en la producción de series por los seguidores de Esta noche a las 10 |
A partir de los años 80
se produce un antes y un después dentro de los géneros de las series
nacionales, avalado por los cambios socio-políticos y culturales que atravesaba
España, en plena transición. Esta nueva situación impone un mayor realismo, por
lo que desaparecen definitivamente las dramatizaciones en plató y surgen así,
“las series de costumbres como Verano azul (1981) y Anillos de Oro
(1983)” como afirma Mario García de Castro. Según Luis Miguel Carmona, tanto
una como otra tenían “guiones originales dirigidos por clásicos de nuestro cine
como Mercero y Pedro Masó que trasladaron a la televisión a una serie de
personajes que se hicieron entrañables más que nada por la inmensa publicidad
que se les otorgaba al ser TVE la única televisión del momento”.
Con respecto al formato
y forma de producción, las series y miniseries han cambiado de manera radical.
Como asegura Luis Miguel Carmona en una entrevista concedida a Esta noche a
las10, en las primeras décadas, “estaban rodadas en formato cine y se basaban
principalmente en novelas de éxito (Los gozos y las sombras, 1982), contando con actores y directores de prestigio”.
Esto se traducía para la televisión pública en “un gran coste de producción y
una duración concreta de capítulos, principalmente 13 y una sola temporada”.
Lo que sí hay que tener
en cuenta en este primer periodo de la evolución de las series españolas es que
las producciones americanas ya pegaban fuerte entre el público nacional. TVE
emitía series de gran éxito que, sin duda, tuvieron un gran impacto e
influyeron en la producción autóctona, “fueron las que tenían en tensión semana
tras semana a millones de espectadores: Bonanza,
Kung Fu, El fugitivo, Ironside,
entre otras muchas, eran objeto de debates y conversaciones que para sí
quisiera el fútbol” afirma Luis Miguel Carmona.
Fragmento de la serie de TVE El Conde de Montecristo de 1969
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